Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer: cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú adónde va?
(Gustavo Adolfo Bécquer.
Rima: XXXVIII)
La mujer ha sido y será siempre una fuente de inspiración constante en la lírica literaria. Son innumerables los poemas que tienen su planteamiento en la mujer como motivo de fondo y alrededor de ella se construyen los versos. Su personalidad nos atrae. A lo largo de los siglos, la mujer está presente en los textos literarios en cientos de poemas, en los que ella es la musa y el centro de la inspiración.
De la mujer hablamos y escribimos sobre el amor y el desamor, comentamos su belleza, sus sensibilidades, sus capacidades de emoción y la fuerza de sus sentimientos. Para el hombre, la mujer tiene un significado especial, pues hay múltiples aspectos que forman parte de las relaciones entre ambos. Con la mujer despertamos al amor, es nuestra compañera, creadora de ilusiones, maternal, delicada, representa la ternura, es tolerante y romántica, prudente y fuerte, sublime ideal en definitiva, pues por su mediación alcanzamos la vida, por todo ello debe merecer siempre nuestra admiración y profundo respeto.
Los poemas que siguen están inspirados en la mujer.